Mi nombre es Isabel Ribero Gavidia y llevo más de 15 años acompañando a seres humanos a recuperar su salud y su capacidad de vivir en plenitud. A lo largo de todos estos años he ido ampliando el campo de intervencion a través del estudio ininterrumpido de diferentes formaciones y disciplinas que abarcan la amplitud de la salud humana. 

Mente, cuerpo, emociones, energía, somos seres muy completos y complejos, con todas las facetas vitales interconectadas e intervinculadas. Alimentación, relaciones, pensamientos, hábitos e historia personal, todo influye para el equilibrio vital.

Es mi pasión aprender, comprender y compartir cada descubrimiento que ido haciendo a lo largo de todo este tiempo. Y cada experiencia personal que me ha llevado a recuperar mi salud, mi alegría y mi poder personal.

Cuando descubrí y sentí la importancia  de la alimentación sobre nuestra salud y nuestra felicidad mi mundo cambió por completo, convirtiendose así en el pilar central sobre el que gira todo mi trabajo.

¿Por qué? Porque ni mi salud, mi actitud ni mi vida han sido siempre lo que son hoy.

Y en aquellos momentos de desequilibrio, de enfermedad y de enfado me hubiera encantado tener las herramientas de las que dispongo ahora, cuando comparto con los seres a los que acompaño; especialmente la conciencia de que lo que comes y como comes, entra a formar parte de ti de tal manera que te transforma y transforma lo que vives y como lo vives. 

La alimentación me conectó con la vida y conmigo, enseñandome como funciona el universo desde lo más pequeño hasta lo mas grande, desde los microorganismos más pequeños hasta los ciclos de la naturaleza y del cosmos; la importancia de su interconexión, su orden y su equilibrio. Un esquema aplicable a todo lo que nos ocurre en todos los planos de nuestra vida. 

Lo que me permitió adquirir una vision sistemica e integrada de la vida que hoy disfruto, aprendiendo, compartiendo y enseñando y que siento de vital importancia integrar su valor y su eficacia. 

Cuando estas dispuesta a aprender, entender y sanar, la información llega desde todos los lugares. En mi caso, aprendí de los microorganismos que la vida es simbiosis, es cooperación. Que nos necesitamos los unos a los otros para crecer y experimentar nuestra mejor versión.